Ayer tras el varapalo sufrido por la UDMAIRENA ante el Maribañez, dije que había que levantarse del duro golpe sufrido y que a pesar del mismo aún quedan cinco jornadas para lograr lo que parece ahora mismo tan lejano. Aún queda tiempo, pero claro está hay que ir a muerte por ello. Si bien la primera plaza esta muy lejana por la diferencia notable de puntos que lleva de ventaja el líder, el segundo y tercer puesto de la tabla clasificatoria ( vuelvo a hacer hincapié en que éste te da la posibilidad real del ascenso) aún están al alcance de los equipos que en estos momentos persiguen a los mismos, ya que la diferencia con respecto a estos es corta y en cualquier momento la tabla vuelve a sufrir un vuelco dando opciones a aquellos que no las tenían todas consigo.
Quedan cinco finales, cinco, que hay que jugar como si cada una fuese la última. Es ahora cuando de verdad se ve a los que lo persiguen con insistencia y no bajan los brazos al primer revés. Por ello todos: jugadores, técnico, directiva y por supuesto aficionados, han de remar en la misma dirección, lo que al final hará que se consiga el tan ansiado ascenso.
Es más satisfactorio cuando el objetivo se consigue con la máxima dificultad, se saborea más y queda esa sensación de haber conseguido algo sobresaliente.
Ahora más que nunca hay que ir a por ello, cogerlo y agarrarlo con fuerza para que no se escape y luego una vez que se ha conseguido ya habrá tiempo para lo demás...
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