Hace tiempo que tenía en mente a mi amigo y, durante muchas temporadas, compañero de aventuras futbolísticas Ricardo, como uno de esos jugadores destacados que ha tenido la UDM a lo largo de su historia. Era una deuda pendiente que tenía con él y conmigo mismo.
Futbolista que todo entrenador quiere tener en su equipo, ya que además de darlo todo en el campo, es uno de esos jugadores que son importantes porque hacen EQUIPO, y eso es vital para que un grupo funcione y llegue a buen puerto. Defendió durante unos cuantos años la camiseta blanquiazul, incorporándose al primer equipo mairenero tras su paso por el juvenil. Delantero de gran movilidad en ataque, tenía como punto fuerte además de lo ya mencionado, un poderoso juego aéreo y un buen trato del balón con los pies, lo que le convertía en un delantero incómodo para las defensas contrarias, a las que dio más de un dolor de cabeza.
Fue en el tramo final de su etapa futbolística cuando le sitúan en el eje central de la defensa, formando una pareja inolvidable con nuestro gran Carlitos, convirtiéndose en un valladar inexpugnable para la mayoría de atacantes con los que se enfrentaba. Espléndidos partidos completó en su nueva ubicación, siendo uno de los jugadores destacados en aquellas temporadas. Cierto es que a pesar de permanecer en el club un buen número de temporadas, se retiró de manera prematura (según mi parecer) ya que podría haber jugado varias temporadas más.
Como anécdota, se puede afirmar que fue el gran culpable de que la elástica mairenera la vistiesen dos de los más grandes que ha tenido la UDM, Paco e Ignacio, que al ser compañeros de estudios de Ricardo fueron convencidos por él para que probaran la experiencia mairenera para ver si qué les parecía...
Aún hoy día sigue dando muestras de su saber estar y de su poderío en el juego aéreo durante los magníficos ratos que seguimos echando el grupo de veteranos que seguimos en "activo" los lunes y jueves de cada semana.
Es sin duda uno de los grandes.
